martes, 29 de septiembre de 2015

De la conciencia, la imaginación y el materialismo

La inmaterialidad es algo difícil de demostrar, porque demostrar implica dar pruebas observables, medibles, repetibles, objetivas, y nuestros sentidos (el puente más directo que tenemos con la realidad objetiva) captan únicamente lo material: luz, sonido, textura, etc. Siempre tuve la intuición de que la realidad no estaba hecha pura y exclusivamente de materia, pero al ser más difícil de probar, nunca pasó de ser una intuición.1
Sin embargo, hace unos años encontré una prueba muy sencilla y patente que cualquiera puede poner en práctica en cualquier momento. Consiste en imaginarse algo (un perro, un árbol, o lo que sea) y luego preguntarse: ¿dónde está lo que imagino? La analogía con la informática es inevitable (tal vez por el contexto histórico en el que vivimos), por lo que también se puede preguntar: ¿en qué pantalla se proyectan las imágenes almacenadas en la memoria? Porque si puedo ver lo que estoy imaginando, y sólo existe lo material, este ovejero alemán que me estoy representando en mi imaginación se debería estar proyectando en algún lugar de mi cuerpo. Pero la conciencia (el conocer que conozco; el ver lo que me represento) me está demostrando que no hay un lugar completamente físico para aquello que imagino. Claro está que existe un soporte material para dichas representaciones y que todas las imágenes que vi en mi vida de ovejeros alemanes (sus "píxeles", por así decirlo, la estimulación que provocó la luz en mis nervios oculares al rebotar en las diferentes partes de los perros) llegaron a mi cerebro y se almacenaron allí y por eso puedo luego imaginarme un perro sin tener el estímulo directo. Eso no está en duda. Pero es una explicación incompleta. Que el proceso sea físicamente complejo no implica que sea suficiente para causar absolutamente (es decir, independientemente de algo inmaterial) todos los fenómenos psíquicos. Un programa puede ya hoy en día diferenciar rostros u otras cosas y separarlos del fondo, pero el hecho crucial está en que la máquina no reconoce lo que hace. No diferencia un perro del fondo en una imagen; simplemente separa píxeles y los agrupa siguiendo mecánicamente el código que le indica qué debe "hacer". Es como decir que un termómetro distingue entre una persona con fiebre y una persona sana. En realidad somos nosotros los que hacemos tal diferenciación observando lo que el termómetro muestra; el mercurio reacciona como no puede de otra manera.
Más aún, si las imágenes se proyectan en algún lado en mi cerebro, ¿qué órgano lo capta? Y si existiera un órgano que capta las imágenes que proyecto, ¿qué órgano a su vez las recibe e interpreta? Una explicación así cae en un círculo vicioso. La respuesta más coherente entonces parece ser que esas imágenes no están en sí en ningún "lado", si bien sus partes (las impresiones neuronales que dejaron los estímulos) están almacenadas en el cerebro. Hay entonces una codificación de los datos sensibles y una decodificación posterior, por así decirlo, pero el problema está en "quién" realiza esa decodificación y, sobre todo, "quién" recibe, lee o interpreta lo decodificado.
El mismo experimento se puede probar con la música, por ejemplo, para una demostración tal vez más evidente (el sonido parece tener más inmaterialidad). Y se puede hacer la misma pregunta: ¿En qué lugar de mi cerebro se reproduce Yesterday en este momento? Si hay algo que actúa como una aguja en un disco de vinilo, ¿hay sonido real dentro de mi cabeza? ¿Se podría grabar con un micrófono de alguna manera?

Estas preguntas no son nuevas ni es un tema que se pueda resolver de un día para el otro; la Gestalt ya trató de diversas maneras estos problemas (ver "fenómeno fi", con respecto al movimiento, cosa inmaterial si las hay: https://es.wikipedia.org/wiki/Fen%C3%B3meno_phi); Daniel Dennett intenta dar una explicación desde el materialismo en "Conciusness explained" (que leí en parte) y las neurociencias siguen avanzando, descubriendo cada vez más detalles del cerebro (cosa que admiro y promuevo). Simplemente quería compartirles mi opinión y mis fundamentos al respecto y preguntarles a ustedes qué piensan.
Objeciones, comentarios o correcciones (sobre todo a la parte informática o neurológica, que no conozco en profundidad) son más que bienvenidos.





1 La gran mayoría de las veces parto de una intuición y luego busco comprobarla, lo cual es bueno por un lado porque me impulsa a descubrir cosas nuevas y a conocerlas mejor, pero por otro lado es peligroso porque esa intuición puede estar disfrazando un prejuicio o un pre-concepto que no debería alimentar ni mucho menos intentar probar objetivamente. Y creo que todos o casi todos funcionamos igual, pero esto también es una intuición.

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